En una entrega anterior de esta columna comenté cómo la primera vez que LaToya Jackson estuvo en Venezuela su recibimiento en el aeropuerto de Maiquetía terminó en zafarrancho.
Para la segunda ocasión, ya no representaba mucha novedad. Pese a que no había pasado mucho tiempo desde el escándalo de su hermano Michael. Pero ella dejó claro que venía a hablar de ella. Ya el distanciamiento con el famoso de «Thriller» era, en sí mismo, más escandaloso.
Para ella se dispuso en el hotel Caracas Hilton de entonces (hoy Alba), la suite presidencial. Allí llegó contratada por Radio Caracas Televisión y tratada como la diva que el apellido Jackson pretendía.
Flores por todos lados, aromatizadores. Todos los detalles cuidados en la habitación de dos pisos que, entre otras cosas, tenía una vista privilegiada de Caracas. Dos periodistas contamos con la complicidad de alguien del entorno de la diva, quien nos permitió entrar a conocer la habitación el día antes de la llegada.
Sin embargo, uno de ellos, corresponsal de entonces de una revista del corazón española, se quedó con la espinita. Al día siguiente, logró entrar nuevamente a la suite. Ignoro si con el mismo cómplice. Y se metió en la bañera del baño principal y ahí espero paciente. Y lo hizo cubierto por toallas y las batas que los hoteles cinco estrellas suelen poner para sus huéspedes.
Lo que se conoce como “avanzada” llegó unos minutos antes de LaToya a chequear que todo estuviese como ella lo había pedido antes de entrar al cuarto. Miró por todos los rincones, examinó detalles, subió.
Cuando entró al baño, el paparazzo contuvo la respiración todo lo que pudo. Si bien estaba embojotado, nada decía que no lo pudieran descubrir. Después confesó que le rezó a todos los santos que conocía y a los que desconocía. Se puso rojo y estuvo a punto de ser descubierto, porque ya no podía estar sin respirar.
Pero, así como lo cuento, tal y como sucede en las películas, cuando estaba a punto de explotar, la persona salió. Oyó que se cerró la puerta de la habitación. Esperó unos minutos y salió corriendo. Cuando llegó el ascensor se abrió en el lobby, unos hombres armaban una cerca con sus brazos. Dentro de la misma estaba LaToya. Él salió sin decir nada.