Innecesaria, redundante y desconectada de los logros alcanzados con la primera entrega, se estrenó en los cines «Avatar: El camino del agua». Si bien la película ofrece secuencias impresionantes, en materia tecnológica, la historia no despega y se cae a pedazos en tres horas de verdadera tortura.
Así, dando vueltas a diversas situaciones triviales con los protagonistas, se distrae al espectador con un collage mal estructurado y poco novedoso, que busca eclipsar a partir de alcances técnicos.
Inconsistencias en la línea del tiempo, exceso de personajes, tramas sin desarrollar tocadas de forma superficial que solo dejan cabos sueltos y bombardeo de sinsentidos, la vuelven interminable. Nada queda de aquella lucha por los recursos naturales desarrollada en la primera o por los derechos de otras civilizaciones y culturas. Aquí todo se sustenta en una venganza carente de lógica, con un villano que regresa para torturar al espectador con sus torpezas.
Y para evitar que cualquiera pueda simplemente caerme encima por mi opinión, voy a mencionar algunos desastres a los que acabamos expuestos en la sala.
Todo mal
La Dra. Grace Augustine (científico a cargo de Sigourney Weaver) dejó una hija que es su avatar. Kiri es adoptada por Jake Sully y Neytiri. Es uno de los conflictos sin resolver, pues la pequeña intenta conocer incluso cómo llegó al mundo y cuál es su conexión con Eywa. Nada de esto se aclara durante el film. Tiene un poder pero no sabemos ni por qué ni cómo. Supuestamente, podría incluso morir si se conecta con Eywa, pero lo vuelve a hacer y no pasa nada. Todo mal con este vértice de la historia.
Por otro lado, tenemos a un nuevo personaje humano que resulta que es hijo del Coronel Miles Quaritch (el villano de la primera). Este niño, Miles Socoro, cuyas referencias a Tarzán son obvias, no solo actúa fatal -desconectado de los otros personajes- sino que tiene una historia sin resolver. La cual es un verdadero tormento. Malo, bueno, malo de nuevo, el personaje da tumbos en medio de crisis presentadas a los golpes. A pesar de ser humano, no entendemos ni quién es su madre ni por qué no abandonó Pandora cuando los villanos fueron execrados en la primera. Por otro lado, cómo es que el Coronel que falleció en Avatar 1 tiene este hijo y hasta sabía de él, si murió años antes de que naciera. Cronología cero uno.
Villano conflictuado
Luego tenemos a este nuevo Avatar del coronel que está ciego de venganza. Nos preguntamos, cómo es que un simple Avatar cuenta con todos los recursos y libertades para pasar la película cazando a una familia. En sus manos vemos cómo todo un equipamiento militar es simplemente masacrado sin reportar daños a nadie. Ajá ¿y eso con qué se come?
También, cómo es que llega a un planeta para de nuevo destruir de golpe su ecosistema sin que nadie pueda detenerlo. ¿Qué pasó con aquellas tribus capaces de darlo todo por Eywa? De hecho, quieren apropiarse del planeta de nuevo pero es lo que menos vemos en la película. Por otro lado, este personaje que se vende como sanguinario tiene montones de oportunidades para acabar con sus enemigos pero todo el tiempo duda. ¿Entonces quería o no venganza? Para qué nos torturan durante tres horas con un supuesto villano que a ratos está loco y lleno de ira y a ratos es tan bruto.
Más cositas
Hay dos escenas en «Avatar 2» que se conectan pero son innecesarias al abrir más dudas, protagonizadas por una suerte de ballenas. En la historia una de ellas ha sido desterrada de la tribu y deambula sola por el océano. Conectará con un de los hijos de Jake Sully para descubrirle su secreto. Fue juzgada por un error que no cometió. En la trama luchará por redimirse pero jamás será perdonada.
Junto a ella, nos develarán que hay unos cazadores que van detrás de su especie para extraerle un líquido del cerebro. Es, supuestamente, oro puro en la industria estética. Ajá y de qué estética hablamos. ¿Por qué nos golpean con una secuencia larguísima de caza deportiva, que incluye a un montón de personajes, para acabar como una distracción? En 4DX es el peor momento, la sacudida fue tan extrema que no parecía descabellado abandonar la sala con latigazo cervical.
Últimos comentarios
Entre tantas historias cruzadas, abultando la interminable aventura, ninguno de sus protagonistas tiene real importancia en la trama. Incluso, más allá de que el villano busca a Jake para aniquilarlo. Su esposa Neytiri es un adorno que se vuelve incómodo cuando lo único que hace es pelar los dientes de rabia. Esto mientras los hijos de la pareja generan caos de toda índole sin aprender de los errores que van cometiendo.
Otro montón de personajes extiende este chicle azul que pierde el sabor a medio camino, se queda atrapado en los dientes y no acaba de hacer bomba. «Avatar: El camino del agua» para mí se ahogo en sus pretensiones.
Para terminar el uso de la tecnología, o al menos la imagen que presenta (a veces cine, a veces reality show) no tiene estructura y eso también marea.