«Thor: Amor y trueno» ya está en los cines. La cuarta entrega de la saga de Marvel Studios trae de vuelta al Dios del Trueno quien, tras autodescubrirse, regresa a la acción. Con una historia floja y anecdótica, la película podría compararse con la comida rápida: esa que se te mete por los ojos, te hace agua la boca al lucir suculenta, pero cuando la pruebas sabe a todo y nada.
Buscando sacudir emociones desde el primer minuto, el prólogo justifica la acción del villano quien pierde a su hija tras rezar a unos dioses que parecen absortos en superficialidades. Para dar cuenta de lo que ha pasado en la vida de Thor, se relata a grosso modo lo que ocurrió tras los sucesos de «Ragnarok» (la tercera película). La transición luce abrupta, pero emocionante, hasta que la trama empieza a enrevesarse y, poco a poco, se desinfla.
Y es que en realidad, resulta extraño el tono que se le quiso dar y que muta con su desarrollo. Por un lado, tenemos al film dramático que aborda el sufrimiento y la muerte. Por otro, el de acción que nos mete en cruentas batallas y escenas llenas de adrenalina. Luego está el filme infantil, que parece ir orientado a los niños pues son estos los verdaderos protagonistas. Y para terminar el humor, que a ratos nos hace soltar carcajadas con personajes como dos cabras locas que con sus gritos intentan sacarnos de tanto drama. Pero en sí, pareciera que todos están aislados pues difícilmente se siente la conexión entre ellos.
El rayo que ilumina
Afortunadamente, los personajes están muy bien delineados, pese a verse en un limbo donde en ocasiones intentan salvar la patria con su personalidad. Christian Bale cumple como Gorr el Carnicero de los Dioses, a pesar de que a ratos luzca inexpresivo. En la película tiene por misión extinguir deidades, pero tampoco es que se vea mucho en la faena.
Chris Hemsworth como Thor vuelve a lucirse, lo mismo que Tessa Thompson como Valkiria. Por otro lado, Taika Waititi escondido detrás del personaje de Korg es adorable y Natalie Portman como Jane Foster da un giro interesante a su rol ahora dueña del martillo Mjolnir, y como la Poderosa Thor.
Con todos estos elementos en mente Waititi vuelve a tomar las riendas de la dirección a partir de un guion propio escrito junto a Jennifer Kaytin Robinson. En la película el amor es, esta vez, la guía de todas las acciones y por allí algo bueno deja.
Escenas en blanco y negro que cambia su color con la luz, una deliciosa banda sonora y dos escenas post créditos dejarán a los fans con ganas de volver por más.