Se acabó lo que se daba en el pleito entre la actriz Sofía Vergara y su expareja, Nick Loeb, quienes se mostraron hasta los colmillos por la custodia de los embriones que tenían en común. Sofía Vergara Vs. Nick Loeb: se acabó el juicio por la custodia de los embriones
Un tribunal terminó de inclinar la balanza de la justicia a favor de la colombiana, quien buscaba impedir que el hombre del que se separó en mayo de 2014 pudiera usar sin su consentimiento los preembriones que habían congelados cuando todo era color de rosas entre ellos.
Ya la decisión había sido tomada, pero Loeb apeló y volvió a perder en el caso considerado atípico y que comenzó en 2017, cuando la protagonista de “Modern Family” presentó ante la corte de California unos documentos legales, para evitar que su ex pudiera usar los embriones en etapa inicial para un proceso de fertilización in vitro en el Centro Reproductivo ART en Beverly Hills.
De hecho, no había demasiado que hacer. La clínica de fertilidad dejó claro desde un principio que ambas partes debían estar de acuerdo para el uso de los embriones.
People tuvo acceso a la decisión del juez, quien manifestó que cualquier acción de Loeb “para provocar la implantación de los embriones en una gestante subrogada, o por otro medio de gestación, constituye una violación a lo firmado entre las partes”.
Sin embargo, Nick aseguró que accedió a firmar esos papeles bajo “coacción”, un argumento desestimado por el tribunal, que fijó postura en virtud de que “la directiva de formularios no es nula o anulable con base en la defensa de coacción de Loeb en cuanto a su ejecución”. Además, encontró que no hay ningún “hecho material” que respalde su afirmación anterior de que él y Vergara tenían un “acuerdo oral” que le permitiría implantar los embriones en una madre sustituta.
Contó los pollitos antes de nacer
Nick Loeb se armó con todos los recursos que pudo para tratar de ganar esta guerra, defendiendo su postura “con uñas y dientes por el permiso para llevar los embriones a término”.
Una de sus armas fue usar sus abundantes recursos económicos: les abrió un fondo de fideicomiso a sus futuras niñas, a las que llamaría Emma e Isabella. No obstante, la acción fue vista por la ley de California como un hecho irregular al sentenciar que “violó materialmente” lo firmado en la clínica de fertilidad.
Frente a este panorama, el estadounidense escribió una columna qque fue publicada por The New York Times que tituló “Nuestros embriones congelados tienen derecho a vivir”, en virtud de su deseo de convertirse en padre de las hijas de la Vergara.
“Las mujeres tienen derecho a continuar un embarazo aunque el hombre no lo quiera. ¿No debería el hombre tener un derecho similar para llevar sus embriones a término aunque la mujer lo objete? Este asunto, a diferencia del aborto, no tiene nada que ver con los derechos sobre el propio cuerpo, y tiene todo que ver con los derechos parentales para proteger la vida de su hijo o hija no nacido”, manifestó en aquella ocasión.