En 2005 el certamen Miss Venezuela estuvo en la mira, prácticamente, durante toda su edición. Uno de los momentos más difíciles se vivió en la llamada Elección del rostro más bello, patrocinado por la marca L’bel, el cual terminó, así como lo cuento, en tángana de informaciones.
Antes de la crisis, había varios “concursos” previos a la noche más linda. La intención era presentar a las candidatas en otras facetas. Ver qué debía pulirse a cada una y comprobar si, efectivamente, el favoritismo era, realmente, el que las que formaban las quinielas ganadoras merecían.
Y fue precisamente de esa gala donde salieron algunas denuncias. La más grave fue un señalamiento de supuesto racismo. Estos se desmintieron rotundamente tanto por parte de la Organización como por el patrocinante. Quienes afirmaban eso, aseguraban que en la “historia” de esa elección nunca se había distinguido a una morena. Y, en esa edición, habían dos chicas de piel canela que acaparaban las apuestas: Susan Carrizo (Costa Oriental) y Jictzad Viña (Sucre). La primera más que la segunda; aunque, decían, la favorita de Osmel era Liliana Campa (Carabobo).
El hecho de que Carrizo no ganó esa prueba, sino Campa fue motivo suficiente para desencadenar una serie de hechos que terminaron con la destitución del presidente del canal en ese momento. Cuando se conoció el resultado las barras que no eran de Campa comenzaron a gritar a todo gañote: “Trampa. Ganó Liliana Trampa”.
Las historias de las guapas y apoyadas siempre han existido en el Miss Venezuela. Y en la edición 2005 no iba a ser la excepción. Si bien las denuncias de supuesto racismo afirmaban que toda la tramoya estaba servida para el triunfo de Trampa, en detrimento de Carrizo. La noche más linda del año hubo sorpresas.
Ninguna de ellas ganó la corona. La espigada Jictzad Viña se alzó con la misma. Carrizo se tuvo que conformar con ir al Miss Mundo. Dos rubias las secundaron (Daniela Di Giacomo y Alexandra Braun) y Campa se conformó con cerrar el cuadro de honor.
Miss Trinidad y Tobago
Hay que acotar que ni la Miss Venezuela ni la Miss World Venezuela figuraron en sus respectivos certámenes internacionales. Cosa que no ocurrió con Di Giacomo, quien se trajo la corona del Miss International; en tanto que Braun regresó con la de Miss Tierra.
La noche de la elección también se amenazó con armar una tángana, pero ese es otro cuento aparte. Sin embargo, y en medio de toda la polémica se hizo el baile de coronación sin problemas. Al día siguiente, fue el desayuno de las reinas con la prensa. La piscina del Tamanaco estaba toda decorada para recibirla a ellas y a los periodista.
Osmel llegó como siempre, como un divo. Así como lo cuento, hacía un sol y un calor insoportable. Él muy orondo se acercó hasta el toldo y apenas llegó él llegaron Viña y Carrizo para sentarse desde donde darían las entrevistas. “Bienvenidos a la elección de Miss Trinidad y Tobago” soltó el Zar y caminó campante hacia la mesa…