Este domingo 27 de marzo festejamos el natalicio, en Caracas, de Francisco de Miranda. Aniversario 271 de su nacimiento.
Aparte de sus estudios, sus aportes a tres revoluciones, Estados Unidos, Francia y Venezuela, y de su influyente paso por otras naciones del mundo, incluyendo a Rusia, Francisco de Miranda fue un tremendo intelectual. Y además de eso fue músico, y manifestó una fuerte inclinación por la flauta, y hay constancia de la adquisición de varias, y además de la compra de libros de estudio de la misma y de numerosas partituras, incluyendo lecciones para el instrumento.
José Antonio Calcaño, en su obra “La ciudad y su música” reconoce a El Precursor como un flautista conocedor del instrumento. Y dice que Miranda aprendió la flauta en Caracas y que era un melómano. Otros investigadores sostienen que Miranda se encontró con la flauta cuando viajó a Europa hacia 1771.
El Maestro Ignacio Barreto, reputado investigador y músico, y amigo también, me dice, pues le consulté: “La verdad es que yo creo que la comenzó a tocar a partir de sus viajes. El también Maestro y amigo Diego Silva Silva me indica que para la época juvenil de Miranda, antes de irse a Europa cuando tenía 20 años, había en Caracas, flautistas. El padre de Juan Meserón era un flautista francés, Alejandro Meserón, contemporáneo de Miranda, y además flautista y profesor de flauta.
Lo que se siente a propósito del aniversario 271 del natalicio de Miranda es que debemos indagar en esa historia cultural y musical, pues ella es hilo de una madeja que hemos de desenredar.