Fechada en la primera mitad del siglo XX, la denominada “Época de oro del cine mexicano” fue determinante para que el país del norte se convirtiera en la versión latinoamericana de Hollywood, con todo lo que ello implica.
El volumen de filmaciones, la proyección continental de sus historias, el aplauso de públicos disímiles y la multiplicación de honorarios lograron que los talentos de la región anhelaran tener una oportunidad, en una industria que conjugaba drama, comedia y música, con la aplicación de fórmulas que terminaban en éxitos de taquilla.
En una empresa de tal magnitud, los productores representaban el vehículo que permitía la transformación de actores, cantantes y humoristas en estrellas de singular brillo.
Abundan los ejemplos en la etapa referida al principio de estas líneas. Sin embargo, hay un nombre de especial importancia: María Félix. Bautizada por la prensa azteca como La Doña, se convirtió en un referente por su desbordante belleza y por su avasallante personalidad.
La estrella
Al rodaje de su primera película, «El peñón de las ánimas», María Félix llegó con 28 años, un divorcio y un hijo. Bajo las órdenes del director Miguel Zacarías, logró superar sus antipatías con el protagonista Jorge Negrete, para dar credibilidad al personaje, enamorar a la cámara y seducir a la audiencia. Desde su debut, en 1943, dejó claro que no era una más en la gran pantalla.
El mismo año marcó otro hito, cuando fue seleccionada para encabezar el elenco de la primera versión cinematográfica de «Doña Bárbara». El mismísimo Rómulo Gallegos aprobó su escogencia, antes de coescribir la adaptación con Fernando de Fuentes, quien también dirigió el filme. A partir de ese momento, sería inmortalizada como La Doña.
Objeto de interés de los medios, la prensa siguió su romance con el reconocido compositor Agustín Lara. La pareja se casó en Acapulco, pero, al cabo de dos años, firmó la separación. La actriz declaró que no pudo soportar los celos de quien le dedicó cinco canciones, incluyendo la más internacional: «María bonita».
Para ese momento, ya María Félix tenía contratos en el exterior. Al regreso de un compromiso en Francia, se reencontró con Negrete. La enemistad del pasado se transformó en una historia de amor que llegó al altar y terminó con la muerte del cantante en 1953.
La diva continuó con su carrera, en México, Italia, Argentina y España, logrando que las revistas Life, Paris Match y Esquire la calificaran como “la mujer más hermosa del mundo”. En 1960, era la cuarta actriz más fotografiada del planeta, por detrás de Marilyn Monroe, Sofía Loren y Marlene Dietrich.
Destellos
María de los Ángeles Félix Güereña nació el 18 de abril de 1914, en Sonora. Tuvo 11 hermanos. Su primer matrimonio fue con el empresario Enrique Álvarez Alatorre, padre de su único hijo, Enrique, fallecido en 1996. Y el cuarto con Alex Berger, de quien enviudó.
Rodó más de 40 películas. La última fue «La generala», en 1970. Ese mismo año, aceptó una propuesta de los ejecutivos de RCTV, para tener una participación especial en la telenovela «Cristina», protagonizada por Marina Baura y Raúl Amundaray.
María Félix falleció el 8 de abril de 2002, en Ciudad de México. Sus restos reposan en el Panteón Francés de San Joaquín.