Me place dedicar estas líneas a una de las personalidades más emblemática del folclor musical venezolano, arraigado a la raíz más profunda de la música oriental del país: nuestro insigne Gualberto Ibarreto, quien el pasado martes (12 de julio) arribó a sus 76 años de vida; una vida entregada con amor y pasión a la música como sinónimo de nuestra identidad nacional.
Conocido y querido en lo artístico como: “El cantor de la voz del pueblo”; y en lo personal como: “El pichón”, Gualberto Ibarreto nace el 12 de julio de 1946 en la población de El Pilar, estado Sucre; y se ha consolidado como el intérprete de los ritmos y géneros propios del folclor oriental.
Gualberto es un artista completo que conserva la humildad y sencillez que caracteriza su personalidad, a pesar de la gran estrella que porta dentro y fuera del escenario. Ejecuta con destreza el cuatro, la guitarra, la mandolina y el piano; pero, sin duda, su mayor instrumento es su registro vocal de barítono con el que ha recorrido todo el país en más de 40 años de vida artística, acumulando una exquisita discografía que resume la historia musical del oriente venezolano en más de 20 producciones.
Recordamos que su primer gran éxito en el disco fue “María Antonia”, tema del poeta margariteño José Ramón Villarroel, con el que se apoderó de todas las emisoras del país y del cariño popular. Hoy, de su extensa y rica discografía, destacan los temas: “La guácara”, “La puerca”, “El garrafón”, “El sancocho”, “Cuerpo cobarde” y tantos otros que atesoramos en nuestros y en nuestros corazones.
A sus 76 años recién cumplidos, Gualberto Ibarreto libra una lucha diaria contra el Parkinson; mal que ha minado su humanidad, pero que no puede opacar su voz, su canto y su amor por la música oriental.