Drake ya no tendrá que preocuparse por pagar los 4.000 millones de dólares de la demanda por difamación en su contra. La razón: la jueza Virginia Keeny del Tribunal Superior de Los Ángeles la desestimó por falta de pruebas, informó Billboard.
La demandante era Mesha Collins, mujer que irrumpió en la casa del intérprete en 2017. Según reportaron los medios internacionales, el verano pasado presentó la denuncia en contra del vocalista de «Hotline Bling» alegando que este la difamó por Instagram.
«La demandante Collins no ha demostrado que ninguna de las declaraciones del acusado Graham fueran sobre ella o que usó su identidad en sus publicaciones o respaldos de Instagram», declaró la jueza Keeny en un comunicado.
«Incluso si la demandante Collins pudiera establecer que las declaraciones eran sobre ella, no ha podido determinarse que tales declaraciones fueran de un hecho privado que sea ofensivo y objetable para la persona razonable», completó la experta en leyes.
Asimismo, la orden fue otorgada bajo la llamada ley anti-SLAPP de California, un estatuto que permite a los jueces desestimar rápidamente demandas cuestionables.
Kenny dijo que Drake fue protegido por esta ley, pues su discurso online era el tema central de la demanda, detalló la revista Billboard.