Los últimos días han estado circulando listas con las personalidades hispanas del medio artístico más influyentes en redes sociales. El foco se ha centrado, básicamente, en quienes forman parte de las nóminas de las principales televisoras estadounidenses dirigidas al público latino, sin considerar a los cantantes, quienes merecerían mención aparte.
La representación criolla en dicha selección corresponde a Chiquinquirá Delgado, ubicada en la tercera posición por detrás de la puertorriqueña Adamari López y de la mexicana Jacqueline Bracamontes.
Y un poco más abajo aparece otra zuliana: Sascha Barboza, mejor conocida como Sascha Fitness, cuya mención resulta especialmente llamativa, en virtud de que ella no ha contado con una plataforma televisiva para darse a conocer, sino que ha logrado una significativa legión de seguidores, mostrando un estilo de vida saludable que incluye a una familia modélica.
Sin embargo, la inclusión de Chiqui merece varios comentarios, sobre todo, porque durante mucho tiempo el gentilicio venezolano estuvo ausente de las actividades que se producían en Miami, convertida en la capital de la industria del entretenimiento latinoamericano.
En las entregas de premios, por ejemplo, resultaba difícil ver a una connacional invitada como anfitriona para presentar alguna categoría.
En ese sentido, la situación ha mejorado, posiblemente porque la diáspora convirtió a la ciudad floridana en un destino muy apetecido, donde han fijado residencia otras figuras como Gaby Espino y Migbelis Castellanos, quienes también se hacen sentir con fuerza entre talentos de distintas nacionalidades.
Pero hoy, 13 años después de haber emigrado al norte, Chiqui está considerada una personalidad. Su estable relación con el periodista Jorge Ramos y su participación en diferentes programas de Univision, la han dotado de un atractivo que se traduce en casi 10 millones de seguidores en las redes sociales.
Además, la maracaibera es infaltable en las llamativas alfombras rojas, donde resulta frecuente verla con prendas de diseñadores criollos, tal y como hace en muchos de sus compromisos laborales, para respaldar a los compatriotas que se dedican al mundo de la moda. También es frecuente que esté incluida en las listas de las mejores vestidas.
En un mercado dominado por cubanos y mexicanos, luce meritoria la trayectoria que ha logrado desarrollar aquella Miss Zulia 1990 que cautivó con su belleza y simpatía. Próxima a cumplir los 50, Chiquinquirá Delgado es una voz acreditada para hablar de empoderamiento femenino. Y tiene escuchas suficientes.