El cineasta francés Bertrand Tavernier, conocido por películas como «La vida y nada más» y «Hoy empieza todo», falleció a sus 79 años en la población Saint-Maxime, ubicada al sureste de Francia, reseñó la agencia EFE.
El Instituto Lumiére de Lyon, del que era presidente, anunció por Twitter «con tristeza y dolor» el fallecimiento del creador cinematográfico, realizador de 31 títulos entre largometrajes, cortos y segmentos de películas con varios autores.
«Con su esposa Sarah, sus hijos Nils y Tiffany y sus nietos, el Instituto Lumiére y Thierry Frémaux tienen la tristeza y el dolor de informarles de la desaparición, hoy, de Bertrand Tavernier (sic)».
Por su parte el diario «La Croix«, con el que colaboraba desde el año 2000, compartió también la noticia de su fallecimiento sin precisar la causa. Dicho medio alabó su carrera, su generosidad y su gusto por la cocina y la literatura.
Un repaso por su legado cinematográfico
Hijo del escritor Eric Tavernier, editor también de la revista literaria «Confluences», Bertrand convivió desde niño con luminarias de las letras como Paul Eluard o Louis Aragon. Este último incluso vivió junto a la familia durante una temporada.
Desde temprana edad sintió un flechazo por el séptimo arte. De hecho, durante una entrevista confesó que eligió el cine para desarrollar una actividad artística diferente a la de su padre y tener su propio espacio personal.
En este sentido, el realizador recalcó que amaba todo en el cine, por ende, también se desempeñó como guionista, dialoguista y productor, incluyendo además el área televisiva. También hizo documentales y antes de rodar películas dirigió un cineclub y fue crítico de varias revistas de cine, entre ellas «Cahiers du cinéma».
Enalteciendo la pasión francesa
Además, fue un divulgador en Francia del cine estadounidense a partir de la década de 1940, tanto de figuras consagradas como de realizadores de culto poco conocidos fuera de su país. Igualmente publicó varios libros referentes a este tema.
Trabajó con todos los grandes intérpretes del cine francés de las décadas de 1970, 1980 y 1990, como Romy Schneider, Philippe Noiret, Michel Piccoli, Nathalie Baye, Isabelle Huppert, Jean Rochefort o Sophie Marceau, a quienes ofreció algunos de sus papeles más memorables.
Finalmente, Tavernier deja una treintena de películas que han sido reconocidas a nivel internacional. Entre ellas destacan cuatro premios César en el BAFTA de 1990 por «La vida y nada más», además de galardones de los festivales de Venecia, Berlín y San Sebastián. También fue laureado en 1984 en el Festival de Cannes en la categoría de mejor director, por «Un domingo en el campo».